Ingresan al mar, se sienten preparadas. El traje es lo de menos. Frente a frente se toman de las manos, soldándose. De pronto aparece la voluminosa criatura, las engulle. Mágicamente emergen. El regocijo es efímero. El acto es imperecedero. Están en Pimentel.
JGil 01/06/2017
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